Después del shock, el piurano que representa a esta tierra bendita se sacude el polvo, saca el orgullo y pone en práctica la resiliencia y en conjunto con otros grupos de piuranos busca superar la adversidad y encontrar soluciones efectivas junto a las autoridades.
Por Mela Salazar. 09 mayo, 2023. Publicado en El Tiempo, el 09 de mayo de 2023.Las lluvias intensas ocasionadas por el Niño Costero han dejado a Piura convertida en una ciudad fantasma, como si estuviéramos sumidos en una película del antiguo Oeste en las que predomina el color tierra, con zonas inundadas o vestigios de ello por el color verdoso de las aguas contaminadas, con huecos y forados en las pistas y nubes pesadas de polvo que nos envuelven.
El daño ha sido enorme en nuestra región, son más de 15 000 damnificados, más de 138 000 piuranos afectados, miles de casas destruidas, así como infraestructura vial, 298 escuelas afectadas, 191 centros de salud deteriorados, más de 7000 hectáreas de cultivos perdidas. Y, lo más lamentable, 21 piuranos perdieron la vida por los huaicos o cuando intentaron cruzar quebradas (cifras del Centro de Operaciones de Emergencia Regional-COER).
En estas circunstancias, si describiéramos a Piura como una persona, ha pasado de ser un joven con un promisorio futuro, a un adulto mayor con el ceño fruncido y una mirada triste, lo acompaña una sombra de polvo que cubre también su tez endurecida y la ropa salpicada de barro.
El piurano de la provincia siente que su ciudad ya no es más acogedora, ha sido devastada por las fuertes lluvias, pero sobre todo por la mala gestión de autoridades que se han llevado parte de su identidad, su plaza principal, su centro histórico, sus zonas de esparcimiento. El río que está allí desde antes que los piuranos lleguemos, con los malos manejos y decisiones, se ha convertido en una amenaza porque la naturaleza reacciona cuando se le invade y estamos más expuestos a nuevas inundaciones.
Es un piurano temeroso e inseguro porque vive en un riesgo latente, le han caído los años encima y empieza a padecer las siete plagas, además del COVID-19, por la invasión de virus bacterias y hongos en un ambiente contaminado. Siente que ya no puede más. Lo han engañado tantas veces prometiéndole cambios que nunca llegaron.
Sin embargo, a pesar de su desánimo se sacude el pesimismo y recuerda que viene de la cuna del mayor héroe de la patria, Miguel Grau, fuente de inspiración; y cuando siente que sus fuerzas humanas no son suficientes acude a pedir la protección divina de la Mechita de Paita, del Cautivo de Ayabaca y se pone bajo la protección del Arcángel San Miguel.
Después del shock, el piurano que representa a esta tierra bendita se sacude el polvo, saca el orgullo y pone en práctica la resiliencia y en conjunto con otros grupos de piuranos busca superar la adversidad y encontrar soluciones efectivas junto a las autoridades. No quiere esperar a que otros lo hagan, sabe que, para no volver a estar en la misma situación, todos tenemos que cambiar y participar. Con esta consigna, nuestro personaje piurano recupera el brillo en sus ojos y la luz de la esperanza.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas en él son de responsabilidad del autor.